martes, 9 de septiembre de 2008

Mi última noche

20 Agosto 2008 - Vacaciones de verano

Es casi la una de la noche. El viento azota la tienda a intervalos, arrastrando partículas en el aire que golpean las finas paredes de tela. Todo parece indicar que ésta es mi última noche en este camping. Al final mis padres decidieron marcharse unos días antes del sitio aun habiendo pagado ya el alquiler completo de la parcela. Vendrá Roberto, mi hermano, con unos amigos a aprovechar lo que queda. El año que viene seguramente no volvamos, ni al otro, ni al otro. Mis padres se pelearon con sus amistades en el lugar y yo tampoco es que tenga unos colegas fijos y seguros. Así que las próximas vacaciones, digo yo, podríamos emplearlas para pasar unos días en algún pueblo del Pirineo, que ya hace demasiado tiempo que no lo visito, o incluso en el extranjero. Y salir ya de este país, que aunque parezca mentira, a día de hoy todavía no he salido de él.
Supongo que cuando pasen unos cuantos años sí que volveré aquí algunas vacaciones. Calella es un lugar muy bonito. Más que bonito: entrañable. Junto con Sort son los dos lugares más carismáticos a los que he viajado nunca, que recuerde en este momento. Aunque he visto tan poco mundo… que desperdicio.
Estoy algo triste, sí, es verdad. Seguramente quede algo ñoño decir que el pueblo de Calella forma parte ya de mí, al igual que el camping, pero aun así he de decirlo. Es la realidad. Pero todo tiene un final. Así que le haré caso al dicho:

“No llores porque se acabó, sonríe porque sucedió”

y me acostaré, satisfecho.
Buenas noches.

No hay comentarios: