miércoles, 28 de enero de 2009

"No me da la gana morirme"

"¿Sabes quién fue Eróstrato? Fue uno que quemó el templo de Éfeso para hacer imperecedero su nombre; así quemamos nuestra dicha para legar nuestro nombre, un vano sonido, a la posteridad. ¡A la posteridad! Sí, Apolodoro – cogiéndole de una mano –, no creemos ya en la inmortalidad del alma y la muerte nos aterra, nos aterra a todos, a todos nos acongoja y amarga el corazón la perspectiva de la nada de ultratumba, del vacío eterno. Comprendemos todos lo lúgubre, lo espantosamente lúgubre de esta fúnebre procesión de sombras que van de la nada a la nada, y que todo esto pasará como un sueño, como un sueño, Apolodoro, como un sueño, como sombra de un sueño, y que una noche te dormirás para no volver a despertar, nunca, nunca, nunca, y que ni tendrás el consuelo de saber lo que allí haya… Y los que digan que esto no les preocupa nada, o mienten o son unos estúpidos, unas almas de corcho, unos desgraciados que no viven, porque vivir es anhelar la vida eterna, Apolodoro. Y se irá todo este mundo y todas sus historias y se borrará el nombre de Eróstrato y nadie sabrá quien fue Homero, ni Napoleón, ni Cristo… Vivir unos días, unos años, unos siglos, unos miles de siglos, ¿qué más da? Y como no creemos en la inmortalidad del alma soñamos en dejar un nombre, en que de nosotros se hable, en vivir en las memorias ajenas. ¡Pobre vida!"

Don Fulgencio
Amor y pedagogía – Miguel de Unamuno

“Que con razón, sin razón o contra ella no me da la gana morirme”

The Daily Dream: My Chemical Romance - Sleep

sábado, 24 de enero de 2009

Sólo o solo

Durante tiempo me he estado preguntando la diferencia entre el solo y el sólo. Y buscando nunca daba con la certeza de estar escribiéndolo bien. Pero por fin lo he encontrado:

1.- En primer lugar tenemos que sólo se trata de un adverbio de modo, mientras que solo es un adjetivo.

2.- El Diccionario de la Real Academia Española admite tanto sólo como solo para referirse al adverbio. Siempre que no haya ambigüedades dentro de la misma oración se podrán utilizar ambos. Si no es así se deberá marcar con el acento diacrítico como palabra llana que es. Por esto, podemos optar por marcar el sólo adverbio siempre, para eliminar posibles dudas que se nos hayan pasado por alto y/o aclararnos nosotros mismos.

3.- Para comprobar si se trata de un sólo adverbio o de un solo adjetivo cambiamos la palabra por “solamente”, que es, como bien sabremos, otro adverbio. Sencillo. Si “solamente” queda bien se escribirá sólo, con tilde. Si no es así querrá decir que se trata de un adjetivo y, por tanto, sobrará siempre el acento. Esto también pasa con palabras como aun o aún. Aún se puede substituir por “todavía”, un adverbio de tiempo. Por el contrario aun (que se utiliza en contadas ocasiones) no se puede substituir por “todavía”, quedando como un adverbio de modo.

4.- Otro método que es igualmente válido pero que puede costar algo más de ver a los que no tienen experiencia es la siguiente pregunta: ¿está o es “solo”? Solo expresa que alguien (o algo) está “en ausencia de otras cosas”, apartado de todo. Proviene de soledad, si así se entiende mejor. Por otro lado tenemos que sólo nunca es “estar”, sino “ser” (“ser sólo/solamente algo”).

Aquí tenemos algunos ejemplos:

“Sólo quiero que estés solo.”. – Solamente quiero que estés sin nadie.

“Está tan solo que tan sólo quiere desaparecer del mundo.” – Está tan sin nadie/desamparado que solamente quiere desaparecer del mundo.

“Ha venido solo/sólo a dormir” – Ha venido sin nadie/solamente a dormir.

Espero que este pequeño artículo haya solventado las posibles dudas a quien las tuviese. Con todo, me despido solo, sólo a la espera de crear más sobre estos interesantes temas de nuestra lengua, el castellano.

The Daily Dream: Stratovarius - Break the Ice

Ahora y nunca más

Como muchas cosas que hago, no creo que esto que voy a escribir ahora sea demasiado productivo. Pero, debido a mi mala costumbre de considerar los consejos de los que saben más que yo, haré un esfuerzo.
Y es así que hoy nos ha propuesto una profesora preguntar a nuestros padres el plan que tenían (o no) para nosotros, para más tarde plasmarlo por escrito. Es algo que no me había planteado nunca, seguramente porque no tengo hijos, como todos, creo, mis compañeros. Aunque también es algo que no pocos padres dejan a la improvisación, según mi experiencia. La mente de un padre o una madre está llena de deseos para su hijo, pero ¿un verdadero “plan”? ¿Un plan que conlleve años de trato continuo y esfuerzo para después, seguramente, fracasar? ¿Para que el hijo emprenda su propio camino, muchas veces tan sólo para contradecir a sus creadores y pedagogos? Demasiado tiempo invertido, esto es, una quimera total para la gente habitual que poblamos el hoy y el siempre. Al fin, una utopía sólo al alcance de grandes novelas veladas por la ciencia ficción.
Y es con este razonamiento con el que entiendo todos los “seguros”, “especiales”, “buenos”, “despiertos” y, sobre todo, “felices” que desean los padres a sus hijos desde el momento de nacer hasta el momento de morir, si puede ser, de los deseosos primero.
Y tranquilo por creer en todo esto como algo posible, mediante el amor y cobijo de los progenitores de cada uno de nosotros. Y por todo ello es por lo que nos pertenecemos mutuamente, como padres e hijos que todos, aquí sin excepción, somos. Ahora y nunca más.

The Daily Dream: The Fray – Fall Away

viernes, 9 de enero de 2009

Confesiones 5

Hay veces que tenemos la necesidad de escuchar, otras de ser escuchado. Y un balance entre estas dos representa, quizás no la plenitud, pero sí la proporción y el equilibrio. Por eso no es muy común entre la gente normal y corriente. De esta estabilidad carecemos la mayoría de individuos: algunos por hablar demasiado, otros por no hablar lo suficiente. Por pretender que los demás intuyan (o adivinen diría…) lo que uno piensa. Por intentar cambiar el mundo, transformándolo a algo mucho más sencillo, sin palabras, tan sólo miradas, sonrisas, sugerentes cejas y tímidos pómulos de porcelana. Ése es mi sentido femenino. Algo de lo que me doy cuenta y que debo intentar evitar. Porque, si no comunicamos nuestra mente con el exterior, ¿Para qué tenemos las palabras?
Para camuflar ese tengo miedo.

The Daily Dream: ABBA - Dancing Queen