viernes, 7 de agosto de 2009

¿Frío?

Hace un tiempo nuestro profesor de Historia nos recomendó que hiciésemos una especie de carta escribiendo nuestros pensamientos y creencias actuales y la encerrásemos dentro de un sobre, para abrirla diez años más tarde. Con ello comprobaríamos cómo la mente humana cambia al paso de los años, de las vivencias, experiencias, amigos y desamores. Pero de esta manera me parecería algo un tanto frío. Para eso escribo y escribo, e intento hacerlo cada día, aunque sea para mí, para reflexionar sobre todo aquello que sucede, que me sucede y que parece suceder a mi alrededor. Pero la verdad es que lo hago mal, porque para algo está el lenguaje, del que me acuerdo a menudo pero que cada vez pongo menos en práctica. Y así parece que se me olvida todo aquello que cada día aprendo (o no), nada de plasmarlo. Tan sólo recordando vagamente, cada noche, repasando sólo ciertas cosas, rumiando acerca de ellas, sin razón aparente para guardarlas. ¿Es que es realmente nuestra vida tan simple, tan cotidiana, que no podemos hacer, aun pretendiéndolo, un álbum de fotos de ella? Parece que el mundo sólo nos incumbe a nosotros, que los demás son, simplemente, de más. Muñecos más que personas, que vagan a nuestro lado a diferentes marchas, que se cruzan con nosotros o incluso que tropiezan en nuestra historia. Pero sigue siendo nuestra historia, nosotros somos los protagonistas y nunca nadie más lo será. No podremos sentirnos diferentes a nosotros mismos, a aquellos con los que nadie nos ha preguntado alguna vez “¿Sí?”. Posiblemente nos esforcemos día a día para aceptarnos y comprendernos (ardua tarea, admitámoslo) para nunca llegar a esa iluminación. ¿Y todo, entonces, para qué? Para ser, creo, o mejor dicho, seguir siendo, protagonistas de nuestra historia, esa misma historia que podemos plasmar en papel cada vez que queramos, cada vez que nuestra mente se sienta dispuesta y que las palabras broten de ella, como seres humanos, únicos, que somos.

No hace falta hacer el esfuerzo de intentar escribir, y ni mucho menos de tal manera. Algún día despertarás (o te irás a acostar…) y los sentimientos, esta vez acompañados de sus palabras, darán botes intentando dejar su huella. Y al día siguiente te levantarás y leerás lo que escribiste y todo te parecerá lo más absurdo que alguien pudo creer tal vez. Pero, ¿qué más da? Al fin y al cabo es nuestra, la historia.


The Daily Dream: Explosions in the sky - First breath after coma

1 comentario:

Naul dijo...

Hola

Estaba bsucando fotos de quemaduras de acido nitrico por que me manche el dedo haciendo unas pruebascon acido a plata y encontre tu blog, lei un par de cosas, escribes bastante bien,0¿Por que dejaste de hacerlo?

Ojala podamos estar en contacto Saludos!